de Artemio López.
"Es inevitable recordar el 20 de diciembre de 2001 y en Ramble, originales no pretendemos ser. Seis años de la tragedia que puso fin al último gobierno demo-republicano, sostenido particularmente por los habitantes de grandes centros urbanos de alto NES, bajo el formato de una coalición progresista en aquella oportunidad producto de la alianza entre la UCR y el FREPASO. Seis años del cierre de la experiencia de construcción económico-social, política y cultural que bajo distintas modalidades de gobierno asoló el país desde el año 1976. La última dictadura militar que en sólo cuatro años, ya en 1980 había desaparecido a miles de ciudadanos, comisiones de delegados fabriles completas y multiplicado por cuatro los niveles de pobreza existentes en octubre de 1974, fué el modelo de arranque del neoliberalismo argentino realmente existente y la masacre del 20 de diciembre su formato de llegada. En pespectiva entonces nos queda que ningún sistema de ideas, aún el más republicano y democrático -y aceptemos que el liberalismo y sus sucedáneos lo fueran- ofrece "garantías" . La historia argentina, incluso la reciente, muestra que cuando las condiciones históricas lo demandan, todo sistema ideológico puede habilitar a las élites a perseguir, desaparecer, torturar, asesinar. No es bueno entonces confundir discurso político con discurso moral y, se pertenezca al mundo ideológico al que se pertenezca, es absurdo apropiarse indebidamente del patrimonio de la tolerancia, la democracia y la republica como valores absolutos, trans-históricos. Evitar esta indebida y falaz apropiación, hay que reconocerlo, no es ir demasido lejos, pero al menos, permite no perder de vista las inevitables miserias propias y algo es algo. A seis años de la masacre del 20, además va un recuerdo para todos los sueños que quedaron allá."
"Es inevitable recordar el 20 de diciembre de 2001 y en Ramble, originales no pretendemos ser. Seis años de la tragedia que puso fin al último gobierno demo-republicano, sostenido particularmente por los habitantes de grandes centros urbanos de alto NES, bajo el formato de una coalición progresista en aquella oportunidad producto de la alianza entre la UCR y el FREPASO. Seis años del cierre de la experiencia de construcción económico-social, política y cultural que bajo distintas modalidades de gobierno asoló el país desde el año 1976. La última dictadura militar que en sólo cuatro años, ya en 1980 había desaparecido a miles de ciudadanos, comisiones de delegados fabriles completas y multiplicado por cuatro los niveles de pobreza existentes en octubre de 1974, fué el modelo de arranque del neoliberalismo argentino realmente existente y la masacre del 20 de diciembre su formato de llegada. En pespectiva entonces nos queda que ningún sistema de ideas, aún el más republicano y democrático -y aceptemos que el liberalismo y sus sucedáneos lo fueran- ofrece "garantías" . La historia argentina, incluso la reciente, muestra que cuando las condiciones históricas lo demandan, todo sistema ideológico puede habilitar a las élites a perseguir, desaparecer, torturar, asesinar. No es bueno entonces confundir discurso político con discurso moral y, se pertenezca al mundo ideológico al que se pertenezca, es absurdo apropiarse indebidamente del patrimonio de la tolerancia, la democracia y la republica como valores absolutos, trans-históricos. Evitar esta indebida y falaz apropiación, hay que reconocerlo, no es ir demasido lejos, pero al menos, permite no perder de vista las inevitables miserias propias y algo es algo. A seis años de la masacre del 20, además va un recuerdo para todos los sueños que quedaron allá."
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