En consonancia con lo que dice Gerardo, vemos con preocupación que los debates han dejado de tener carácter racional. Puede ser un acto de soberbia de nuestra parte, sin embargo, asistimos desde hace un tiempo, a una especie de inexplicable "suicidio de ballenas" protagonizado por la clase media argentina, esto claro, sin hacer ninguna referencia a la voluminosa pitonisa.
Difícilmente podrá encontrarse en los anales de la historia argentina un gobierno nacional que haya generado una serie de medidas que recuperaran bienes, recursos y servicios para el conjunto de la sociedad de la manera en que lo han logrado los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Atenti! que falta un montón igual. Y sin embargo las críticas suben cada vez el tono, de la mano de los medios de comunicación que le hacen decir a un comerciante de mi barrio: "Cristina es bipolar, lo dijeron en la revista Noticias"... Y uno intenta debatir, pero el debate está cerrado, llegamos tarde a la conformación de ese callo ideológico que con una tozudez inexplicable sostienen vastos sectores de capas medias, aún en contra de sus intereses como individuo y como clase.
El conflicto con la Mesa Entrance llenaría varias bibliotecas de análisis sobre la manipulación informativa y sus efectos psicológicos. Buenos Aires, la capital latinoamericana del psicoanálisis ha mirado sin demasiada conciencia ni atención este fenómeno de masas.
La utilización del miedo, la apelación constante a la inseguridad, la fractura permanente del discurso oral y visual, han sido protagonistas de un ritual demoníaco de posesión de la conciencia crítica de la sociedad, un abandono casi inconsciente de la racionalidad en manos de la estimulación de las taras más profundas que anidan en la zona más primitiva de nuestro cerebro. Nos reímos, la tomamos para la jarana, pero en este punto el rol de la pitonisa pasada de cama solar resulta importante, el registro sin pausa de calamidades por venir, que nunca suceden pero quedan en el aire, suspendidas esperando ser conjuradas, es un componente esencial de la jugada.
Parecería ciencia ficción y de hecho George Orwell describió una sociedad tecnológicamente dominada, como el libro se escribió en la "Guerra Fría" se refería a la URSS, sin embargo el Gran Hermano terminó prestándole el nombre a un inexplicablemente exitoso programa que captura el morbo de miles de millones de personas en nuestro ancho mundo. Lanata, antes de convertirse en vedette, relataba una escena de una joya del cine I como Icaro, se trataba del experimento Milgram.
Es evidente que los medios masivos de comunicación hoy ocupan el lugar de autoridad necesario para cumplir el cometido, 24 horas de transmisión de radios y canales de televisión, con la presencia constante de los titulares en letra tipo catástrofe, inundan nuestra vida cotidiana, cientos de cronistas defendiendo los intereses de sus fuentes de trabajo, elaboran este martilleo, que enceguece y estupidiza. La duda, la pregunta es cómo se exorciza a la bestia, como se rescata al ciudadano de la vorágine en que lo sume el miedo hiperventilado de esta matriz tecnológica de dominación.
Comentarios
Hay un sector grande de capa meda boluda pero creo que son más los sínicos, que no creo que se suiciden.
Todavía recuerdo el voto vergüenza del 2005.