El desembarco de Felipe Solá con su propuesta de Peronismo Federal sumó a otro “vice”, esta vez al deslucido vicegobernador de la provincia de Mendoza el arq. Cristian Racconto (sí, el que denunció que las cámaras de vigilancia de la Legislatura apuntaban a la puerta de su despacho). Al desayuno que compartieron Solá y Racconto y otros dirigentes que pretenden armar el espacio del peronismo antikirchnerista, se les sumó Roberto Bernardo Lucas, un hombre de confianza de Guillermo Amstutz que llegó a la reunión de la mano del dip. nacional Enrique Thomas (sí, el que presentó el amparo ante la jueza Olga Pura de Arrabal que suspendió la ley SCA).
Una historia no tan antigua
El 17 de enero de 1975, Roberto Lucas, alias “Pato”, junto con Oscar Bayardi, brindaba por medio de un comunicado publicado en el Diario Mendoza, apoyo a la misión Ivanisevich por parte de la Concentración Nacional Universitaria (CNU). La agrupación declaraba que en “la UTN no hay “disciplina cuartelaria”, si hay orden, jerarquía y un manifiesto propósito de “argentinizar” la universidad”.
El orden y la jerarquía desde octubre de 1974, estaban representados por Manuel Seijo quien fue nombrado Secretario Académico de la Regional Mendoza, a cargo del Decanato y dispuso que el control del ingreso a la Facultad quedara en manos de Lucas, quien sería el que enviaba a los estudiantes de barba y bigote al subsuelo donde eran maltratados.
Seijo cerró el Centro de Estudiantes, la Asociación de Profesores, el Colegio de Graduados y el Comedor Universitario y estuvo a cargo de la Facultad hasta febrero de 1975, cuando volvió a su empleo en el Ministerio de Salud de la provincia.
La carrera de Lucas en la Tecnológica, sin embargo prosiguió, en 1976 se desempeñaba como “asesor” de política universitaria del Decano Ing. Puleo, hasta que el Ejército tomó el control de la Universidad, y Lucas dice que fue expulsado.
Paul Burlot, que habría sido señalado como la “cabeza pensante” del grupo y fundador de la lista “Unidad” declaró que conoció a Lucas y a Fredy Fernández (a) el “amorfo” recién en 1977, cuando estaba recursando algunas materias para recibirse en la especialidad de electrónica. Lucas, ha dicho, en cambio, que conoce a Guillermo Amstutz desde 1972 de la Facultad y que iba un año delante del ex – intendente de Las Heras y de Iglesias, el ex – gobernador de la Provincia.
La CNU nació en La Plata en 1968. En 1969 llegó a la UCA de Mar del Plata, el 6 de diciembre de 1971, “un grupo encabezado por Juan Carlos Gómez y Héctor Corres asesinó a la estudiante Silvia Filler.” Varios miembros de la CNU fueron procesados con prisión preventiva (Horacio Luis Raya, Raúl Viglizzo, Alberto Dalmasso, Juan Carlos Gómez, los hermanos Marcelo y Beatriz Arenaza, y Eduardo Ullúa). “En mayo de 1973 quedaron libres gracias a la amnistía de Héctor Cámpora. Desde 1975, los secuestros y ejecuciones de la CNU fueron moneda corriente. Siempre con zonas liberadas por militares y policías.” Los informes de inteligencia de Prefectura detallan la colaboración de la CNU con la GADA 601 – Grupo de Artillería Defensa Aérea 601 – dicha colaboración fue calificada como “indispensable para la identificación de los elementos de izquierda” y permitió “purificar las distintas facultades” de la universidad nacional, según consta en el informe elaborado por el prefecto principal Juan Eduardo Mosqueda, y del jefe de informaciones, subprefecto Ariel Macedonio Silva, en junio de 1976. Igualmente resulta incriminante un informe de la ex – Dipba que declara: “Después del golpe de marzo de 1976, algunos colaboraron con el Ejército en la lucha antisubversiva, como (Eduardo) Cincotta, (Jorge) De la Canale, (Eduardo Salvador) Ullúa y (Mario Ernesto) Durquet. Posteriormente, y en razón de que se sospechaba eran autores de diversos delitos, comienzan a ser investigados y algunos se van del país, tal el caso de Dourquet”. También se ha vinculado a la CNU de Mar del Plata al asesinato de María del Carmen Maggi, decana de Humanidades de la UCA, quien fue secuestrada el 10 de mayo de 1975 y cuyo cadáver apareció el 23 de marzo de 1976 en Mar Chiquita (la nota completa acá).
La conexión de la CNU con asesinatos y secuestros fue ratificada en el juicio de Mar del Plata, como en el caso de los asesinatos del abogado Miguel Elizagaray, el teniente retirado Jorge Videla y sus hijos Jorge y Guillermo, y el médico Mauricio Goldemberg. Producidas un día después del asesinato de Ernesto Piantoni (jefe de la CNU). La disciplina del terror fue un rasgo común que se impuso allí donde la CNU asumió la conducción de los espacios públicos y que llegó a las universidades de la mano de la Misión Ivanisevich, como el nombramiento de Ottalagano en la UBA. La intervención de la CNU en la “Noche de las Corbatas”, en la que fueron asesinados los abogados Norberto Centeno, Jorge Candeloro, Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alaiz y Tomás Fresneda, es materia de investigación de la justicia Federal marplatense en la actualidad.
El lugar que ocupaba Lucas en la Tecnológica permite suponer que la CNU ejercía similares funciones en Mendoza y que disfrutaba del mismo amparo por parte de las fuerzas policiales y militares. La CNU funcionaba también en la Facultad de Ciencias Políticas.
El 20 de marzo de 1976, cuando se cumplía una año de la muerte de Enrique Piantoni, fueron secuestrados de sus domicilios Susana Bermejillo y Mario Susso. La mujer de 24 años era esposa de un dirigente comunista de la UTN, al que presumiblemente iban a buscar y frustrados por su escape se llevaron a Susana, que también era una militante comunista y Susso (27 años) era militante del Partido Comunista Revolucionario de la misma facultad. Según algunos testimonios Susso dijo a alguno de sus secuestradores “vos me vas a hacer esto a mí”, lo que hace presumir que los conocía. Los cuerpos de ambos jóvenes se encontraron el 21 de marzo en la calle Pescadores, acribillados por los dichos de vecinos en el lugar y con signos de haber sido salvajemente torturados. El Centro de Estudiantes de Ciencias Políticas condenó los homicidios expresando que “estos hechos constituyen la expresión más violenta de la situación en la Universidad desde el año 1974, en que, además del deterioro académico, el despido injustificado de gran número de docentes y la liquidación de carreras, ha estado caracterizado por la presencia de grupos armados que, al estilo de la autodenominada Concentración Nacional Universitaria, actúan en las facultades con el objeto de impedir, por vía del terror, la formación del clima apto para la aplicación de la Ley Universitaria …”
En 1977 Lucas fue condenado por encubrimiento de un robo realizado en una estación de servicio de Guaymallén, perpetrado el 14 de julio de 1976, por Héctor Enrique Gómez, Italo Hugo Talley, Luis A. Fragapane y Miguel Ángel Dávila, que eran miembros de la CNU, cuyo fin declarado en el expediente por el propio Lucas era financiar operaciones tendientes a perseguir “zurdos” para la SIDE. Así lo confirma la condena firmada por Sarmiento García que expresa: “Lucas explicó que pertenecía a una organización actualmente disuelta por el gobierno de la Nación y que han actuado como informante de organismos de seguridad, coadyuvando en tal forma en la lucha contra la “subversión marxista” desde el año 1973, guerra que a veces se desarrolla al margen de la legalidad; que el robo fue cometido por otros que estaban en igual tarea”.
A mediados del 80 la Dra. Angélica Escayola denunció en el PJ, estos antecedentes de Lucas, lo que en ese momento determinó que lo sacaran de la lista Gris en la que acompañaba a Amstutz, sin embargo nunca se resolvió su situación. En el año 2001 volvió a surgir el pasado CNU de Lucas a raíz de la posibilidad de que quedara a cargo de la intendencia, al asumir Amstutz una diputación nacional, y el Diario El Sol hizo la investigación cuyas imágenes acompañan este post.
El antecedente “no positivo”
“Hacia finales de la década de 1980, en la UTN se había realizado una investigación que descubrió que directivos de esa facultad habían servido de informantes a las fuerzas militares durante la última dictadura. Ya en democracia, los denunciados se postularon a cargos electivos de la casa de estudios. Como era de esperarse, el Centro de Estudiantes opuso una fuerte resistencia y el caso llegó a discutirse en el Consejo Directivo.
Cobos era miembro docente de ese órgano, al igual que Bustelo en su calidad de decano. Al llevarse el caso a votación, Cleto se abstuvo y generó un empate entre la posición democrática y la del “perdón”. Finalmente la máxima autoridad de la facultad debió desempatar. Logró que los informantes de los golpistas no se reciclaran en democracia, pero quedó fuertemente marcado por la abstención no ingenua de su correligionario.” (la nota completa acá)
Es evidente que Solá encontró suelo fértil donde venir a formar sus huestes antikirchneristas en Mendoza, junto a Thomas y Racconto, hay personajes que tienen mucho que perder si se profundizan las investigaciones sobre las violaciones a los derechos humanos del Terrorismo de Estado, que han avanzado judicialmente durante estos últimos años.
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