Las especulaciones financieras y la crisis alimentaria.
Un transgénico de arroz y soja (23-06-08)
Por Hítalo Stalin Pucha Cofrep
Para muchos es conocido el debate que se está realizando en foros internacionales acerca de la utilización de los transgénicos u organismos genéticamente modificados, producidos por la biotecnología. Pero este caso no es la unión de genes provenientes del arroz y soja, sino la unión de los especuladores internacionales comercializadores de arroz y soja, tanto en Argentina como en Ecuador.
Este grupo de individuos, que en sus conocimientos de biotecnología han de ser escasos, pero que en la pericia para especular con el hambre los llevaría a otorgarles la más alta mención dada por el FMI o la OMC, tanto en Argentina y Ecuador, están siendo los promotores de una serie de movilizaciones, supuestamente para defender la economía agraria de sus respectivos países.
En los momentos actuales cuando el mundo se ve avocado en una grave crisis alimentaria, que por cierto ha sido minuciosamente programada por el Fondo Monetario Internacional FMI, Banco Mundial, “resultado de la presión permanente ejercida desde la década de 1960 hacia el modelo agrícola de la "Revolución Verde”, y de la liberalización del comercio y las políticas de ajuste estructural impuestas a los países pobres por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, desde la década de 1970” (GRAIN. Abril del 2008) y reforzadas éstas políticas a través de la Organización Mundial del Comercio OMC a partir de 1990. Los “dirigentes agrícolas” agrupados en Cámaras de Agricultura como el caso Ecuatoriano o Federaciones en el caso Argentino, se encuentran en una tenaz lucha contra los gobiernos de Cristina Fernández y Rafael Correa.
Dicen defender a los agricultores, pero hay que preguntarles, ¿cuándo? estos dirigentes agro-exportadores han labrado la tierra, ¿cuándo? han participado en la deshierba bajo un calcinante sol, como los hace un verdadero agricultor, ya sea Argentino o Ecuatoriano. Saben lo que es mantener una familia con un mísero salario que percibe un empleado agrícola. Conocen las peripecias por las que tienen que pasar los agricultores, pequeños o medianos, frente a las entidades financieras para obtener un crédito, o solicitar la ampliación del plazo de los pagos por cuanto sus cosechas se fueron a pérdida.
Por supuesto que los representantes de la agro-exportación, ni siquiera se imaginan de estas lamentables condiciones que sobreviven los agricultores, o si las conocen no les interesa. Pero de lo que si están bien informados es de los precios internacionales que genera la especulación de alimentos, lo que les permitirá obtener millonarias ganancias.
Tanto en Argentina como Ecuador, al ver que el pueblo ha elegido gobiernos democráticos, progresista que están promoviendo cambios, los cuales permitan a sus habitantes vivir con dignidad, y estos empresarios al ver afectados sus intereses pues recurren a una nefasta estrategia, la de jugar con el hambre de los pueblos.
En Argentina el sector agro-exportador de soja presiona al gobierno a que desista de las políticas que en materia de exportación ha tomado, en Ecuador tras la decisión de impedir la exportación de arroz para poder abastecer el mercado interno, y bajar el precio del producto que se encuentra inalcanzable para las familias, los dirigentes de las cámaras de agricultura azuzan a los agricultores a movilizaciones y paros.
Pero lo que no señalan, es que en el caso ecuatoriano, al pequeño y mediano productor los especuladores le pagan ínfimas cantidades aunque el precio final del arroz que llega al consumidor es en un alto precio. Tampoco dicen que la importación de insumos agrícolas es un gran negocio que está monopolizada por grupos de poder encabezados por la familia de León Febres Cordero aliado de Jaime Nebot.
Pues esta vil manipulación de los precios de los productos alimenticios, como el arroz, maíz, trigo, soja, etc., es una de las estrategias más inmisericordes de empresarios, que fueron rechazados en los procesos electorales y que ahora quieren enfrentar al pueblo contra el gobierno, para así revertir las corrientes de cambio que están recorriendo por América Latina.
No se puede el pueblo dejar engañar, ni los gobiernos progresistas caer en la trampa que les están poniendo. A ello se debe instaurar políticas que protejan y fortalezcan la pequeña y mediana producción agropecuaria, con incentivo al cultivo diversificado de productos agrícolas, que dejen de lado prácticas de monocultivo impuestas desde el extranjero, es necesario ampliar y fortalecer los Ministerios de Agricultura, los cuales sean gestores de capacitación y transferencia tecnológica a los campesinos, más no simples reguladores del mercado como los convirtió el neoliberalismo.
Debe el Estado asumir el rol de fomentar redes de comercialización directa desde el productor hasta el consumidor y así evitar que los precios suban por acción especulativa de los intermediarios, también es importante en el caso del arroz que se instalen piladoras estatales, para que sean estas las que a cómodos precios den el servicio a los agricultores, por cuanto el monopolio de unas cuantas hacen que sea otro factor del incremento de su valor final.
En fin son algunas de las sugerencias e iniciativas que se pueden aplicar, pero en lo fundamental, si se sigue permitiendo que, el libre comercio con su sacrosanta oferta y demanda internacional, sea la que regule tanto los precios como las exportaciones, entonces solo se estará tomando tibios paliativos más no la solución al problema, y con ello los agro-empresarios, continuarán con su manipulación para obtener un aberrante transgénico económico, que les permita seguir especulando con los alimentos, llenando sus chequeras de dólares o euros, instigando levantamientos para cumplir su misión de derrocar a los gobiernos que en América Latina están dando importantes cambios.
Un transgénico de arroz y soja (23-06-08)
Por Hítalo Stalin Pucha Cofrep
Para muchos es conocido el debate que se está realizando en foros internacionales acerca de la utilización de los transgénicos u organismos genéticamente modificados, producidos por la biotecnología. Pero este caso no es la unión de genes provenientes del arroz y soja, sino la unión de los especuladores internacionales comercializadores de arroz y soja, tanto en Argentina como en Ecuador.
Este grupo de individuos, que en sus conocimientos de biotecnología han de ser escasos, pero que en la pericia para especular con el hambre los llevaría a otorgarles la más alta mención dada por el FMI o la OMC, tanto en Argentina y Ecuador, están siendo los promotores de una serie de movilizaciones, supuestamente para defender la economía agraria de sus respectivos países.
En los momentos actuales cuando el mundo se ve avocado en una grave crisis alimentaria, que por cierto ha sido minuciosamente programada por el Fondo Monetario Internacional FMI, Banco Mundial, “resultado de la presión permanente ejercida desde la década de 1960 hacia el modelo agrícola de la "Revolución Verde”, y de la liberalización del comercio y las políticas de ajuste estructural impuestas a los países pobres por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, desde la década de 1970” (GRAIN. Abril del 2008) y reforzadas éstas políticas a través de la Organización Mundial del Comercio OMC a partir de 1990. Los “dirigentes agrícolas” agrupados en Cámaras de Agricultura como el caso Ecuatoriano o Federaciones en el caso Argentino, se encuentran en una tenaz lucha contra los gobiernos de Cristina Fernández y Rafael Correa.
Dicen defender a los agricultores, pero hay que preguntarles, ¿cuándo? estos dirigentes agro-exportadores han labrado la tierra, ¿cuándo? han participado en la deshierba bajo un calcinante sol, como los hace un verdadero agricultor, ya sea Argentino o Ecuatoriano. Saben lo que es mantener una familia con un mísero salario que percibe un empleado agrícola. Conocen las peripecias por las que tienen que pasar los agricultores, pequeños o medianos, frente a las entidades financieras para obtener un crédito, o solicitar la ampliación del plazo de los pagos por cuanto sus cosechas se fueron a pérdida.
Por supuesto que los representantes de la agro-exportación, ni siquiera se imaginan de estas lamentables condiciones que sobreviven los agricultores, o si las conocen no les interesa. Pero de lo que si están bien informados es de los precios internacionales que genera la especulación de alimentos, lo que les permitirá obtener millonarias ganancias.
Tanto en Argentina como Ecuador, al ver que el pueblo ha elegido gobiernos democráticos, progresista que están promoviendo cambios, los cuales permitan a sus habitantes vivir con dignidad, y estos empresarios al ver afectados sus intereses pues recurren a una nefasta estrategia, la de jugar con el hambre de los pueblos.
En Argentina el sector agro-exportador de soja presiona al gobierno a que desista de las políticas que en materia de exportación ha tomado, en Ecuador tras la decisión de impedir la exportación de arroz para poder abastecer el mercado interno, y bajar el precio del producto que se encuentra inalcanzable para las familias, los dirigentes de las cámaras de agricultura azuzan a los agricultores a movilizaciones y paros.
Pero lo que no señalan, es que en el caso ecuatoriano, al pequeño y mediano productor los especuladores le pagan ínfimas cantidades aunque el precio final del arroz que llega al consumidor es en un alto precio. Tampoco dicen que la importación de insumos agrícolas es un gran negocio que está monopolizada por grupos de poder encabezados por la familia de León Febres Cordero aliado de Jaime Nebot.
Pues esta vil manipulación de los precios de los productos alimenticios, como el arroz, maíz, trigo, soja, etc., es una de las estrategias más inmisericordes de empresarios, que fueron rechazados en los procesos electorales y que ahora quieren enfrentar al pueblo contra el gobierno, para así revertir las corrientes de cambio que están recorriendo por América Latina.
No se puede el pueblo dejar engañar, ni los gobiernos progresistas caer en la trampa que les están poniendo. A ello se debe instaurar políticas que protejan y fortalezcan la pequeña y mediana producción agropecuaria, con incentivo al cultivo diversificado de productos agrícolas, que dejen de lado prácticas de monocultivo impuestas desde el extranjero, es necesario ampliar y fortalecer los Ministerios de Agricultura, los cuales sean gestores de capacitación y transferencia tecnológica a los campesinos, más no simples reguladores del mercado como los convirtió el neoliberalismo.
Debe el Estado asumir el rol de fomentar redes de comercialización directa desde el productor hasta el consumidor y así evitar que los precios suban por acción especulativa de los intermediarios, también es importante en el caso del arroz que se instalen piladoras estatales, para que sean estas las que a cómodos precios den el servicio a los agricultores, por cuanto el monopolio de unas cuantas hacen que sea otro factor del incremento de su valor final.
En fin son algunas de las sugerencias e iniciativas que se pueden aplicar, pero en lo fundamental, si se sigue permitiendo que, el libre comercio con su sacrosanta oferta y demanda internacional, sea la que regule tanto los precios como las exportaciones, entonces solo se estará tomando tibios paliativos más no la solución al problema, y con ello los agro-empresarios, continuarán con su manipulación para obtener un aberrante transgénico económico, que les permita seguir especulando con los alimentos, llenando sus chequeras de dólares o euros, instigando levantamientos para cumplir su misión de derrocar a los gobiernos que en América Latina están dando importantes cambios.
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