"Su presencia es inconfundible por donde transite. Aunque esté inmerso en una multitud, su marca lo destaca. Y fue así como lo rebautizó la actriz Esther Goris en lo más caliente del debate por la Ley de Matrimonio Igualitario: “Ese hombre de campera amarilla”.
Y el hombre está desatado. Lejos de la discreción de los aristócratas de la Sociedad Rural Argentina, pero con la misma voracidad, el Rey de la Soja salteña y diputado nacional Alfredo Olmedo es un bom vivant irresistible para las mujeres.
Ya fue visto saliendo del conocido club nocturno porteño “Cocodrilo” festejando curiosamente el Día del Periodista, lo que desató la polémica porque en esos días, el homofóbico diputado condenó el casamiento entre personas del mismo sexo porque destruía a la familia, y “mañana van a decir que se quieren casar con un perro”.
Pero evidentemente el amor es más fuerte y logra voltear sus prejuicios, aunque esto marque sus contradicciones. El 15 de julio declaró al diario El Intransigente que él no estaba divorciado, pero sí separado.
Curiosamente el 7 de septiembre se lo pudo ver al titular de Salta Somos Todos y explotador de 400.000 hectáreas de soja, muy acaramelado almorzando en Scobio (Córdoba y Esmeralda) a las 15.30 horas de la excelente compañía de una jovencísima rubia de belleza despampanante que afirmó ser su “esposa” a una operadora de turismo con quién coordinaba un viaje al Uruguay en la puerta del Hotel Posta Carretas (Esmeralda 726, Ciudad de Buenos Aires).
Evidentemente no tenían tiempo de caminar las cinco cuadras irse hasta el Hotel Panamericano, donde Olmedo tiene alquilado todo el piso 16 de la Torre Norte, en la Avenida 9 de Julio frente al Teatro Colón. Salieron juntitos, caminaron media cuadra por Esmeralda y él la esperó adentro mientras ella terminaba su cigarrillo.
Es probable que esa rubia debilidad le contara eso a la vendedora turística para evitar otras preguntas, porque legalmente, el tradicionalista y defensor de la familia Olmedo, no incurriría en el delito de la poligamia. “Mi líder es Dios”, dice Olmedo, padre de tres hijos. Es un hombre de campo que predica “tradición y familia” pero que también demuestra lo que dijo: “Tengo la cola cerrada y la mente abierta”."La realidad es que poco nos importa la vida privada de las personas a menos que como en este caso un representante del pueblo que con su voto influye y condiciona la vida de los demás haga abierta campaña manifestándose a favor de determinados valores (los compartamos o no) pero en su vida personal actúa exactamente en contra de lo que dice defender, he aquí la razón de divulgar esta información.
Nota: material fotográfico a disposición.
Recibimos esta información de un periodista amigo que casualmente caminaba (con su cámara de fotos) el martes pasado (07/09) por el microcentro porteño, al cronista del cual transcribimos su relato abajo le llamó poderosamente la atención la presencia del Diputado por Salta Alfredo Olmedo en una situación por lo menos curiosa, como no pudo con su genio decidió detenerse a observar. Nos cuenta:
Comentarios
Lamentable parodia de otro cómico del que es homónimo, no hace reír sino que resulta un espejo patético.
Un representante más de la hipócrita moralina de los sectores de TFP: haz lo que yo bien digo pero no lo que yo mal hago: hombres "de comunión diaria" que llevan una doble moral.
Buena la nota, salutes desde un blog cumpa!
http://anti.q.carachas.blogspot.com
BuhoSensato