Algo textual

Carlos Raimundi en 678, comentando las barbaridades que dice Mandarina, anticipándose a jalogüen.

C. R.: "Bueno a mí, en lo personal a mi me cuesta, lo voy a hacer igual, pero me cuesta, degradarme al nivel de comentar estas cosas, pero hay que hacerlo, porque, por muchísimo menos hubo golpes sangrientos en la Argentina. Afortunadamente, hay una maduración de la sociedad, que hace que estas cosas caigan en saco roto, pero eso no implica que no tengamos que desnudar ciertas perversidades de este mensaje porque no se puede hablar de emboscadas, de armas, de que argentina se está hondurizando o se está colombianizando, que el partido de Elisa Carrió le va a mandar cartas a todas las embajadas para advertirle de esta situación. Lo escuché hoy en una repetición de ese programa de anoche. Y después decir que se lo dice en nombre de un llamado a la tranquilidad y a la serenidad popular. Segundo, si realmente, cuando alguien está en un régimen facista no lo puede decir, la clave es eso, nadie puede denunciar eso si realmente hubiera un sistema autoritario.
Hay otra cosa que es poner, enfrentar a las clases medias con los sectores populares. Es el gran negocio que se está buscando, cuando la verdad es que la Argentina va a despegar cuando haya un proyecto común, entre sectores medios y sectores populares.

Pero a mí fijate lo que me pasa con los seguidores de Carrió, cuando no están de acuerdo con algo que yo voto en el Parlamento. No me dicen "no estoy de acuerdo", "me gustaría discutirlo", "pienso de otra manera". Me dicen "Basura". Me dicen "Miserable". Es decir, todo esto a lo que lleva, es a que el que piensa distinto es porque tiene armas. El que piensa distinto es porque quiere poner emboscadas. Es una cosa fenomenal. Y lo último que digo es una cosa es la declaración personal, por eso me ocupo de esto, no porque Carrió lo merezca sino por las consecuencias. Porque aquí, el plan que está detrás de todo esto es reflotar el partido del orden. Y el partido del orden es el acuerdo entre Duhalde y la UCR. Es volver a ese esquema bipartidista que saqueó a la Argentina pero que hoy, los que los están pensando, lo que quieren es que los argentinos tengan tanta sensación de desorden, que aun cuando los saquearon ese sistema bipartidista tradicional les devuelva el orden. Ese es el plan estratégico que hay detrás de todo esto."

Sandra Russo: "Además colgándome de lo que decía Raimundi. Se está hablando estos días mucho, de que hay armas, de que las organizaciones sociales tienen armas y la última vez que se esgrimió ese argumento fue cuando mataron a Kosteki y Santillán en el Puente Pueyrredón, en el gobierno de Duhalde, que durante 11 horas el gobierno sostuvo que los piqueteros se habían matado entre ellos. Es un discurso recurrente y finalmente las armas no las tenían los piqueteros las tenía la policía federal..."

Es preocupante que se deslicen estas acusaciones, estas impresiones. Los que algunas vez pasamos por las filas del partido de Carrió, porque creímos sinceramente en su discurso del año 2000, antes de que se colgara tanta cruces, vimos con asombro y horror como se transformaba hasta sentirse portadora de un mensaje divino, en una dirigente autoritaria y delirante. Será por aquello de la "proyección", que ella le adjudica a Kirchner sus propios rasgos y estilo. Desde ese entonces lo único que ha conseguido es que el ARI se vaya desgajando, sólo le quedan unos pocos alcahuetes, que, o bien creen en sus delirios mesiánicos o bien la usan de plataforma a mejores opciones que se estructuren en el futuro en la centro derecha.
Ahí uno entiende porque Carrió no critica a Duhalde, porque no dice una palabra de los proyectos del colombiano de ser presidente, porque no dice ni pío ni de la UCEP, ni del Fino Palacios o de Ciro James, ni de la Ugolini, ni de la intención constante de Macri de lucrar con el espacio público.
Es evidente que hay un acuerdo, Carrió levanta la polvareda con esas declaraciones y otras barbaridades por el estilo, induce, proclama, arremete con el clima de desasosiego respecto del gobierno nacional, mientras pasa desapercibido para los medios, que siguen empeñados en cobrarle al gobierno la ley de SCA, que Macri y los suyos se lanzan sobre el erario público como unos rufianes y que Duhalde trama para el 2011.
Qué casualidad que Carrió diga que no hay que ir a movilizaciones ni marchas cuando los docentes en la Ciudad definen un plan de lucha contra la destrucción de la educación pública que lleva adelante Maurizio. Qué casualidad que sostenga que la Capital debe mantenerse ordenada para que el PRO gobierne tranquilo y haga y deshaga a placer sus entuertos. Qué casualidad que quiera empañar los movimientos sociales. Ellos (Carrió y sus amigos Duhalde y Morales) quieren gobernar sin movimientos sociales, sin construcción popular, sostenerse en el aire de los medios, que sólo construye poder político para los propios medios pero no para la sociedad. Además, por otra parte, lo cierto es que no pueden convocar a nadie y entonces tienen que tapar esa incapacidad con esta mentira, este delirio de mentes extraviadas y perversas que desean perpetuarse en el poder para seguir robándonos a todos la patria y amedrentándonos para que ni siquiera chistemos.
La única que tiene rasgos hittlerianos en esta historia es Carrió, la que está desesperada, rota de frustraciones y ansiosa de poder y protagonismo se llama Elisa y es Carrió.