Excelente artículo para quienes somos de puteada fácil, también para utilizar esos vocablos con propiedad y tener de paso alguna defensa verbal para frenar a algún inadaptado que se quiera ir a las manos; y por qué no para saber en cual categoría ubicarse y no me vengan con que "yo no entro en ninguna, eh?". Me he permitido distinguir una secuencia tipológica de categorías que solemos mezclar sin rigor. Cuatro palabras, cuatro perfiles, cuatro riesgos, cuatro desafíos. Boludo En un mundo donde, por poner un número, a partir de los tres años de edad no hay inocencia, el boludo es una excepción. Le han crecido, aunque ignora para qué; absorto en su rigurosa idiotez, ve sin mirar las venturas y desventuras que lo circundan. El apelativo suele emplearse como insulto, pero el boludo nos produce una secreta envidia, porque nos sabemos no inocentes y nos gustaría serlo . Por esta razón a veces le adosamos un especial calificativo, cuando decimos de alguien que es un “ bolu...