Había una vez, así es como empiezan los cuentos cuando uno es chico, la idea es poner distancia entre este momento, la realidad, y aquél tiempo mítico en que se desarrollará la fantasía que nos van a contar. Por desgracia, o no, a esta altura es difícil distinguir, en este tiempo, esta realidad actual, el “había una vez” que puede predicarse respecto de distintos personajes, o personas, no vaya a ser cosa que se sientan agraviados y concurran prestos a denunciarnos ante la presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión del Monopolio, doña Silvina Giudice y su complicado peinado. Había una vez, podemos decir de Pino, desde luego, Bonasso, Lozano, De Gennaro, para acercar el postín a la coyuntura electoral de la CTA en que esta muchachada terminó resignándose a transformarse en la peonada de este patroncito . Había una vez, Sarlo, Argumedo, Lanata, Caparrós, TNbaum, hasta que a unos se los comió el ego y a otros el monopolio y empezaron a largar barbaridades como ésta . Pero h...